martes, 5 de mayo de 2009
Romance Anónimo
“Dicen, le digo, que hay que talar un árbol, matar a un niño y quemar un libro.” “Dicen, me dice (con la boca llena de abejas), que hay que cruzar un puente, comerse una cabra y ordenar una maleza.”
“Dicen, le susurro, que siete novias para siete hermanos; pero no dicen ni cómo ni cuándo.”
“Dicen, me susurra, que la invasión de los ultracuerpos.”
“Dicen, pienso, que Patria, Tierra, Bandera…”
“Pomelos, Tortugas, piensa ella, Ingleses…”
“Lentejas, Sobacos, Escobas… soñamos… Pronombres, Imperios, Legumbres…”
El día descalabra un amoroso coscorrón sobre el pescuezo de la noche.
Encaramado a un árbol, un cerdo canta a la mañana. Los montes se alisan las faldas, los ríos retoman su fluir, los solsticios suceden a los equinoccios.
En otra mañana, a pocos kilómetros de allí, se encuentra aquí. Aquí es la ciudad de Mesopotamia, que nunca duerme de día, ni siquiera de noche y que se vanagloria de ser la patria y tierra natal de las fallas y los mesopótamos intangibles, invisibles, ingrávidos, seres volumétricos. Se los aprecia en la bandera de Mesopotamia y están presentes aunque ocultos en todas las banderas del mundo cuando ondean al viento. Pero Aquí no nos importa. Nos cagamos en Aquí.
martes, 24 de marzo de 2009
ORTAUC
Kuatro, Quatro, Cuatro, 4.
- 4+4=4
- 4-4=4
- 4x4=4
- 4/4=4
¿Para qué más? El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y Cuatro. Los cuatro jinetes del apocalipsis, cuatro patas tiene el gato, ganar cuatro duros y si total son cuatro días. Cuanto más fácil sería todo, y qué cómodo. Pero ¡ay! cinco lobitos. Y se nos tuerce la teoría, la cosa. Las hormigas se salen de la fila, pero no, haún no.
Digamos que cuatro, aunque sea sólo otro poco. Una habitación de 4 metros cuadrados. Y claro, hay habitaciones más grandes que otras, pero se debe a que no todos los metros son iguales. Y el Rey, un rey, tiene habitaciones de metros muy grandes y yates de metros muy largos, pero no todos los reyes son iguales, y el caso es que las hormigas... O sea, la escritura, o como Oliveira, la hescritura. Intentamos poner por escrito algo, (una) idea-semilla (o cuatro), que nacen en algún lugar del cerebro y las hormigas forman filas y las llevan a otro lugar de otro cerebro -o de mi otro cerebro- donde se leen las ideas. [Y entonces pisamos la fila (porque no somos Dios) y chafamos el verbo y la frase un poco destartalada; y si también el adjetivo la frase sólo un poco. Y entretanto, tendidos en el suelo, Queda y Destartalada retuercen las patitas.]
Me pregunto si hay tiza negra, pero creo que no, que para eso está el carbón, para pintar rayuelas negras de hormigas. Rayuelas con el 4 repetido en todas sus casillas. Y una piedra. Y lanzamos al 4 y atinamos y si en uno de los saltos pisamos la raya -claro, como no somos Dios- y la frase otra vez rota y el verbito todo antenas locas de agonía y así cuesta ser vivir expresarse -si a cada paso handamos chafando hormigas- cuesta contar que me he sentido tan Oliveira a ratos, Oliveira hablando con Oliveira hablando a Pichichi hablando con Pichichi tomando vino-café-coñac en un bar de París que es una metáfora de Valencia que es una metonimia. Que por el cauce viejo corría un río, que ahora hay un parque y que por el parque corría un chaval la otra noche. Por el parque del cauce del río de Valencia de París de Pichichi de Oliveíra de la sinécdoque. Pero las hormigas no aciertan a formar las frases que cuentan las semillas, y encima hay una que se empeña en recorrer la fila al revés susurrando"ortuac". A falta de ideas propias...
lunes, 20 de octubre de 2008
EL JUEGO
Pipol - Cuando diga espinaca un paso al frente, si digo caliente levantas las manos, con la palabra muchedumbre hablamos al revés, si grito macedonia todos a follar.
Antercheran - Vale
Pipol - Voy... ¡CIEMPIÉS!
Antercheran - Pero es que esa no la has explicao.
Pipol - Se me habrá olvidado. Con ciempiés contamos de tres en tres hasta catorce. ¿Preparado?
Antercheran - ¡Dale!
Pipol - ¡CARRASPEAR!
Antercheran - ¡Jo! Esa tampoco la...
Pipol - ¡CARRASPEAR!
Antercheran - ...has dicho. Me estás tomando el pelo.
Pipol - Que no. A ver repasamos: espinaca paso al frente, caliente arriba las manos, muchedumbre para...
Antercheran - hablar al revés, ¡resve resve!
Pipol - al revés. Ciempiés contar de tres en tres, carraspear la sota de bastos y macedonia todos a follar. Atención: ¡AGUALIMÓN!
Antercheran - No, esa no estaba. Di alguna de las de antes.
Pipol - ¿Como cuál? ¿ciempiés?
Antercheran - Por ejemplo...
Pipol - ¡CIEMPIÉS!
Antercheran - Tres, seis, nueve, doce... ¿quince? ¿catorce?
Pipol - Hasta catorce. ¡ESPINACA!
(Antercheran da un paso al frente)
Pipol - ¡CIEMPIÉS!
Antercheran - Tres, seis, nueve... esto es un rollo.
Pipol - ¿Te parece?
Antercheran - Las reglas son estúpidas, las pruebas son ridículas.
Pipol - ¿Y por qué no pruebas a mi manera?
(Antercheran entorna los ojos y ladea la cabeza felina)
Pipol - ¡CALABROTE!
Ante la puerta de esta cacharrería
Esculpí el boniato
Recompuse un improperio
Te abrí mi corazón y lo llenaste de innobles monasterios
De tremendos iatos
Tal vez de colinas
Pobladas por monstruos