martes, 24 de marzo de 2009

ORTAUC

Y la cosa es que sólo existe el cuatro, que no hay más números. Pero poniéndose petulante, la Cosa podría ser una Teoría e incluso una Cosmogonía.
Kuatro, Quatro, Cuatro, 4.


  • 4+4=4
  • 4-4=4
  • 4x4=4
  • 4/4=4

¿Para qué más? El Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y Cuatro. Los cuatro jinetes del apocalipsis, cuatro patas tiene el gato, ganar cuatro duros y si total son cuatro días. Cuanto más fácil sería todo, y qué cómodo. Pero ¡ay! cinco lobitos. Y se nos tuerce la teoría, la cosa. Las hormigas se salen de la fila, pero no, haún no.

Digamos que cuatro, aunque sea sólo otro poco. Una habitación de 4 metros cuadrados. Y claro, hay habitaciones más grandes que otras, pero se debe a que no todos los metros son iguales. Y el Rey, un rey, tiene habitaciones de metros muy grandes y yates de metros muy largos, pero no todos los reyes son iguales, y el caso es que las hormigas... O sea, la escritura, o como Oliveira, la hescritura. Intentamos poner por escrito algo, (una) idea-semilla (o cuatro), que nacen en algún lugar del cerebro y las hormigas forman filas y las llevan a otro lugar de otro cerebro -o de mi otro cerebro- donde se leen las ideas. [Y entonces pisamos la fila (porque no somos Dios) y chafamos el verbo y la frase un poco destartalada; y si también el adjetivo la frase sólo un poco. Y entretanto, tendidos en el suelo, Queda y Destartalada retuercen las patitas.]

Me pregunto si hay tiza negra, pero creo que no, que para eso está el carbón, para pintar rayuelas negras de hormigas. Rayuelas con el 4 repetido en todas sus casillas. Y una piedra. Y lanzamos al 4 y atinamos y si en uno de los saltos pisamos la raya -claro, como no somos Dios- y la frase otra vez rota y el verbito todo antenas locas de agonía y así cuesta ser vivir expresarse -si a cada paso handamos chafando hormigas- cuesta contar que me he sentido tan Oliveira a ratos, Oliveira hablando con Oliveira hablando a Pichichi hablando con Pichichi tomando vino-café-coñac en un bar de París que es una metáfora de Valencia que es una metonimia. Que por el cauce viejo corría un río, que ahora hay un parque y que por el parque corría un chaval la otra noche. Por el parque del cauce del río de Valencia de París de Pichichi de Oliveíra de la sinécdoque. Pero las hormigas no aciertan a formar las frases que cuentan las semillas, y encima hay una que se empeña en recorrer la fila al revés susurrando"ortuac". A falta de ideas propias...

jueves, 12 de marzo de 2009

Memorándum?

He visto a un chaval correr huyendo de la policía. Ha pegado la vuelta a la manzana y se ha alejado por mi izquierda, y luego otro giro y lo he perdido. ¿Por qué corres chaval? Me he cruzado con un viandante unos metros más adelante y me ha dicho que el chaval ha saltado por el muro del viejo cauce y que ha seguido corriendo por el parque que hay ahora donde estuvo el río.

-Algo habrá hecho.
-O algo llevaba…

Hemos seguido hablando así de profundos mientras cruzábamos el puente de las flores, pero al poco mi compañero improvisado se ha parado para buscar en una papelera. Tal vez encuentre el alma de Pípol.

He paseado de camino a casa con el dinero en el bolsillo, valorando las posibilidades de la vida y de la muerte. Me he encontrado con Luís tumbado en la cama. Me he sentado a su lado.

- Luís, levántate y anda.
- ¿Y para qué? Sabes, estoy muerto. Me han acuchillado, salté por la ventana, me chafó el tren.

He argumentado con porqués los motivos para levantarse y él los ha rebatido con y para qués. Y al final me he dado cuenta de que el que estaba tumbado era yo y que Luís ahora estaba sentado.

- Anda Pichichi, levantate!

Pero Luís ya era Carlos. Y Carlos seguramente ahora sea Fernanda y Ana será el chaval que huía de la policía o un koala desalmado y así no hay quien se aclare y yo ya no sé cómo seguir porque a estas alturas de la historia nadie parece ser quien yo creía, mucho menos yo mismo.

He escuchado música de camino al trabajo esta mañana y he bailado con el Iron Lion Zion y he cantado con I got my mind set on you o el Rocka Rolla. Y he deseado no tener que meterme en esa oficina oscura, trabajar de jardinero en la calle y quedarme al sol este de primavera que ya casi calienta. Me he acordado de gente hoy. Todos ausentes. Todos out. Tutti Pavarotti. Qué le vamos a hacer. Tampoco tenía nada que decirles. Simplemente me he acordado de ellos.

He hecho las gestiones oportunas para que un perito visite el taller donde dejaré el coche con la cerradura de la puerta del copiloto forzada. He decidido que esto se titularía “Memorándum?” y lo he tecleado en un PC, y he vivido un día entero lo que significa que he envejecido un día y acaso que he madurado unos minutos. Absurda carrera. Las 00:23, me voy a dormir.

always look on the bright side of life