martes, 24 de noviembre de 2009

No sé esperar. ¿Quién sabe? Ni siquiera sé cómo se hace para esperar, y sin embargo, aquí estoy en el bar; esperando mientras bebo cerveza y fumo cigarros. Tampoco sé escribir, pero eso no debería ser obstáculo para... Bueno, para lo que sea. La verdad es que no sé muy bien a dónde va todo esto.
Fumemos.
Bebamos.
Escribamos. Escribamos por ejemplo que sí sé esperar. Esperar lo que sea necesario: esperar cinco minutos y esperar que mañana no llueva. Escribamos que además sé perfectamente cómo se hace para esperar. Tomando cervezas -aunque no tengas reloj-, fumando cigarros -aunque no tengas reloj-, mirando el teléfono -aunque no tengas calendario... ni reloj-. Y ya puestos, escribamos ¿por qué no? que sé escribir.
Espero que sepas leer. Por dos razones. Primero, porque si no esto para ti será una sucesión de garabatos sin sentido, o por lo menos con un sentido que escapa a mi control. Segundo, porque sé esperar. Esperar que sepas leer. Habrá quién diga -siempre los hay- que esperar que sepas leer mientras escribo esto es ser un consumado hijo de puta. No les quito razón; pero aprovecho para cagarme en los muertos de todos ellos y les deseo mucha diarrea y poco papel en un futuro próximo y prolongado. Ellos, los que dicen, los que opinan, los que aconsejan, son el tejido con el que forramos un conejo imaginario hasta que abulta tanto que ya no cabe por el agujero. Son la sal de la vida echada en la herida abierta. Que les den por el culo.
Nací en 1977. En abril de 1977. Y es curioso, porque aunque nací EN abril DE 1977, lo hice EL día 9 y A LAS 4:30 de la madrugada. ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta arbitrariedad? ¿Acaso las 4:30 son demasiado pequeñas para que alguien pueda hacer algo EN ellas? (Aunque sea nacer) ¿Y por qué EL día 9? ¿Merece un artículo el día y no el año? Propongo: "nací en Doña 4:30 en Don 9 del Señor abril de Su Majestad 1977". Proponer es gratis.
Escribir es barato.
Estudios recientes demuestran que el universo habitable tiene forma de tortilla.
¡A quién pretendo engañar! No hay ni un solo estudio reciente digno de ser citado. El estudio al que me refiero tiene por lo menos 800 años de antigüedad y, por lo tanto, 800 años de credibilidad a sus espaldas. La tortilla-universo a la que hace alusión cuenta con otros 800 años más. No aconsejaré a nadie que la pruebe. Porque yo no doy consejos. Porque yo no soy uno de esos hijos de puta.
Antes de que lo envolvieran con capas y capas de tejido social estúpido, el conejo cabía por el agujero. CABRONES. Pero tengo otra queja más acuciante. ¿Por qué decimos "Hoy es martes 24 de noviembre de 2009"? En un mundo con 24 usos horarios, SIEMPRE son dos días a la vez. Habría que decir "Aquí es martes 24 de noviembre de 2009, aunque con toda seguridad allí es ayer o mañana". Consulta la prensa internacional: verás que estoy en lo cierto. Y además, como diría Rosendo, lo cierto es que estoy aquí. Sentado en el bar, en el coche, en el aeropuerto. Esperando. Fumando-Bebiendo. Escribiendo.
Poco más que decir y nada que valga la pena. Cuento las letras, las divido por las palabras y saco la media. Hago una bola de papel y la tiro a la basura. De ahí, directa a aquí, al blog. Un aviso: no lo leas. ¿Demasiado tarde? En el fondo soy un hijo de puta.
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Seguidme chicos!
No hay nadie
Seguidme os digo! -Nadie. Es un callejón sin salida. Sin ninguna salida. 14 metros de asfalto rodeados por cuatro paredes. Cuatro fachadas de sótanos entresuelos primeros y demás.
La gente va entrando al Registro General de la CARM. Antonio los observa y trata de adivinar. Antonio empieza a escribir... Antonio empiezo a ... Empiezo a escribir esto. Antonio siempre tengo problemas para encontrar el tono y me pierdo en las formas, sin llegar a contar nada o casi nada. Toda esa gente que entra al único registro abierto a las 18:30 de un viernes 20 de noviembre parecen menos perdidos. Se deslizan hacia su objetivo, o parecen hacerlo, como perros, sapos y ballenas. Enfocados, sinceros consigo mismos. O eso me parece. Yo no. Antonio no. Pichichi. Escudado en una forma, en una apariencia. Sin afrontar. ¿Y si esto es mi yo, mi objetivo? ¿Y cual bicho soy al deslizarme por este lodazal hacia una cáscara vacía de contenido? Tal vez demasiado tímido, tal vez poca iniciativa, tal vez muy complaciente, incluso autocomplaciente. ¿Camaleón? Por cierto, mi número es el A029; pero aún no me toca.